Master of Puppets (1)

In my beggining is my end, dice Eliot en "East Cocker", y después se despacha con estos versos: "Las casas se suceden: se levantan y caen,/ se derrumban, se amplian y trasladan/ se destruyen, se restauran, ocupa/ su lugar el campo abierto, una fábrica/ el camino". ¡Qué maldito, qué bien le sale!, mirá que poner esto después de un primer verso pesado como un yunque...


o sigue: El único saber al que podemos/ aspirar es el de la humildad, que es infinita (nos deja respirar unos segundos gracias al blanco de separación de estrofas, tomar conciencia de que acaba de zamparnos una sentencia a la Catón que revuelve un poco el estómago, por lo moralista a la católica y, justo cuando estamos a punto de cerrar el libro algo decepcionados, viene esta resolución maravillosa)

El único saber al que podemos
aspirar es el de la humildad, que es infinita


Todas las casas yacen bajo el mar.


Los que bailaban yacen bajo el cerro.


Un master...


De Eliot, también acá

2 Response to "Master of Puppets (1)"

  1. Genial. Sin duda. Qué manera de salirse de lo tórrido del tono asertivo.
    Beso Cecí.

    C.E says:

    ¿Vio? Un maestro titiritero, este sí que maneja los hilos del poema.

    Beso Flaco

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